About me

Lo primero que percibo cuando me despierto, es una canción.

A veces, me desconcierta el género que mi cerebro elige para tararear mientras me preparo para una batalla más. Pero es como respirar, no hay modo alguno de detenerse. Y eso está bien. Aunque soy una persona que detesta madrugar, tengo que admitir que es remotamente placentero ver el horizonte; pareciera que han derramado varios frascos de pintura que va del azul, amarillo y rojo, con manchitas en todas partes.

Y la musiquita en mi cabeza no se detiene. Es infinita.

Sí, yo sé que quizá eso es una nimiedad. Que probablemente, millones de personas lo sienten, lo piensan y lo viven. Y eso está bien: sería admitir que no estamos solos en el universo… metafóricamente hablando. Pero, a todo esto, ¿qué tiene que ver la música conmigo?

Básicamente, todo. Yo despierto oyendo música, la escucho para ir al trabajo, cuando estoy en el metro, atravesando la ciudad de polo a polo. La respiro, la siento, la disfruto, la vivo. La música tiene un 90% de culpa de la existencia de este blog. Y de esta entrada, también.16938980_1425311660844497_3442398009863263161_n (1)

Puedes llamarme Artemia, serías el primero o la primera en hacerlo. Por alguna extraña razón, nadie lo hace. Y no me molesta. Artemia White surgió por una curiosa fusión de un grupo musical mexicano, un sketch cuyo protagonista se llama igual y unas ganas irremediables de poder estar aquí. Soy de la Ciudad de México y me gustan los pambazos.

Te agradezco infinitamente el tiempo que tomaste en visitarme por acá. Ojalá disfrutes leyendo mis entradas como yo lo hice haciéndolas y si te nace dejarme un comentario… bienvenido sea.

Bienvenido(a) seas tú.